lunes, 23 de enero de 2012


Puedo decir honestamente que estuviste en mi mente desde que hoy, me desperté, miro tu fotografía todo el tiempo, esos recuerdos vuelven a vivir y no me importa. Recuerdo cuando nos besamos, lo sigo sintiendo en mis labios, el tiempo que bailaste conmigo cuando no sonaba la música, recuerdo las simples cosas, las recuerdo y todavía lloro, pero la única cosa que deseo olvidar, la única cosa que quiero olvidar, es el adiós.



Extraño su forma de ser. Extraño su forma de hacerme reír. Extraño su forma de hacerme enojar. Extraño su forma de decir “te quiero”. Extraño su forma de quejarse de algo. Extraño la forma en la que adivinaba cuando algo malo me sucedía. Extraño la forma en la que me arremedaba. Extraño cuando se le pegaban frases mías y las repetía una y otra vez
Extraño la forma en la que adivinaba cuando quería algo. Extraño su forma de como saber lo que me gustaba. Extraño su forma de saber cuándo lo necesitaba. Extraño su forma de decir “te amo”. Extraño su raro corte de cabello. Extraño las tontas peleas. Extraño la forma en la que me salvaba de situaciones incomodas. No solo extraño a un novio, extraño a mi mejor amigo, extraño a un hermano. Extraño todo lo que tenga que ver con el. Lo quiero. Lo necesito. Lo quise incluso llegue a amarlo. Lo extraño…


No sirve de nada este delirio de aferrarnos a una historia que murió sin darnos cuenta, no sirve de nada este castigo de buscar en lo imposible algún borrón y cuenta nueva.